La embolización de la arterial rectal superior es actualmente la técnica más revolucionaria para el tratamiento de las hemorroides, un problema de salud que sufre más del 50 por ciento de la población, especialmente las personas mayores de 50 años.

Este procedimiento, mínimamente invasivo e indoloro, permite reducir el dolor postquirúrgico; en lugar de extirpar la hemorroide con un bisturí, la secamos, cerrando el riego sanguíneo que llega hasta la hemorroide.

Mediante una pequeña punción en la ingle localizamos, por medio de un catéter, las arterias que alimentan la hemorroide y la obstruimos con unas espirales metálicas que reducen el flujo sanguíneo, lo que provoca que se sequen.

Se trata de un método poco agresivo que permite:

-Acortar el plazo de convalecencia a 12 horas

-Aumentar la calidad de vida del paciente

-Minimizar el dolor post-quirúrgico

-Reducir sensiblemente las complicaciones asociadas a la cirugía como el sangrado, o las curas diarias, consiguiendo a la vez mejores resultados.

-Realizarse con anestesia local, reduciendo el estrés pre y post quirúrgico del paciente, siendo más cómodo y rápido.

Además, al no haber cirugía rectal, se evita la posibilidad de traumatismo anorrectal, la aparición de fisuras, la estenosis o, incluso, la incontinencia posterior.

Esta técnica está especialmente indicada:

-Para pacientes que presentan contraindicación o dificultades para la cirugía, como por ejemplo cierto grado de incontinencia fecal.

-Para aquellos que ya hayan sido sometidos a intervenciones anales previas o para pacientes con trastornos de la coagulación de la sangre.